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Mariano Mores, un creador de inolvidables tangos que hoy cumpliría 106 años
El autor de Cuartito azul, Uno, Taquito militar, Grisel y Cafetín de Buenos Aires, entre muchas otras obras que recorrieron el mundo, nació el 18 de febrero de 1918 en el barrio porteño de San Telmo.
Publicado el domingo 18 de febrero de 2024 – Capital Humano / Cultura
Mariano Mores, uno de los artistas más prolíficos y queridos de nuestra música ciudadana, nació en Buenos Aires bajo el nombre de Mariano Alberto Martínez.
Pianista, compositor, director de orquesta, actor de cine, inmortalizó melodías que trascendieron los tiempos y, acunadas en las palabras precisas de los poetas más sentidos de la época, se convirtieron en un emblema de nuestra cultura.
Mientras estudiaba en la Primera Academia Argentina de Interpretación, dirigida por el poeta arrabalero Luis Rubistein, conoció a la cantante Mirna Mores, quien, junto a su hermana Margot, conformaban un dúo al que sumaron a Mariano. El público los llamó Los Mores o El trío Mores y él comenzó a ser conocido como Marianito Martínez, el pianista de las hermanas Mores. Ese trío le brindó la posibilidad de poner a prueba sus primeras composiciones. Mariano y Mirna se casaron, adoptó el apellido Mores y, como Mariano Mores, recorrió el mundo, dando muestras de su virtuosismo y carisma.
Mirna fue su inspiración para componer Cuartito Azul, uno de sus tangos más emblemáticos y el que le abrió las puertas para integrar la orquesta de Francisco Canaro, por entonces una de las más reconocidas del país. “Para estar cerca de Mirna alquilé un cuartito en Villa del Parque, en la calle Terrada al 2400. Lo pintaba con cal coloreada con el azul para lavar la ropa, un blanqueador. Así nació el título: Cuartito azul“, rememoraba Mores.
Mariano Mores y su acercamiento al piano
Proveniente de una familia amante del tango, con padres bailarines y abuelo músico, el destino lo llevaría desde pequeño a estudiar piano. En 1933 la familia Martínez viajó a España, la tierra de sus abuelos. Allí asistió al conservatorio y profundiza sus saberes.
Al morir su padre regresaron a Buenos Aires, con Marianito adolescente. Como el mayor de siete hermanos, para contribuir a la económica familiar, trabajó como pianista en el Café Vicente (Corrientes al 900), frente al Café Germinal, cuna del tango porteño.
Un estilo personal y único
Los años en la orquesta de Francisco Canaro fueron moldeando su estilo personal de pianista, sus ideas de orquesta típica de aires sinfónicos y la sumatoria de instrumentos al bandoneón, violín y piano, que concretaría tiempo más tarde al conformar su propia orquesta
En 1948 abandonó la orquesta para iniciar su carrera solista. Hugo del Carril, Tania, Carlos Acuña, su hermano Enrique Lucero, Virginia Luque, Enrique Dumas, Hugo Marcel y su hijo Nito Mores, fueron algunos de los cantores que formaron parte de sus proyectos musicales. La fusión del piano, bandoneón, guitarra eléctrica, órgano, percusión y bajo comenzaron a decir presente en sus creaciones.
Mariano Mores cuenta con más de 300 grabaciones en su haber. Entre 1939 y 1948, con la participación clave de los poetas Enrique Santos Discépolo, Cátulo Castillo, José María Contursi y Enrique Cadícamo, compuso la mayor parte de sus grandes obras: Gricel, Uno, Cristal,Adiós Pampa mía, Sin palabras, El patio de la Morocha, En esta tarde gris, Cada vez que me recuerdes y Taquito militar.
El cine y la televisión no le fueron ajenos
Mariano Mores protagonizó películas como La doctora quiere tangos, junto a Mirta Legrand; Corrientes, calle de ensueños, donde además pudo tocar Cafetín de Buenos Aires; y La voz de mi ciudad.
Las comedias musicales El otro yo de Marcela y Bésame Petronila lo tuvieron como actor y productor. En esas experiencias creativas fundía la danza, la poesía, el humor y su piano, que cada vez se desprendía más de lo clásico.
Su familia, su pilar en el escenario
Tras la temprana muerte de su hijo Nito, en 1984, Mariano Mores se aferró, aún más, a su familia con sus proyectos musicales. Su hija Silvia, su nieto Gabriel, e incluso Mirna, con fugaces apariciones en escena, compartieron conciertos junto al compositor.
Mariano Mores, el tango y las nuevas generaciones
“Entre las grandes satisfacciones que me dio el tango, fue haber conocido a voces inolvidables que marcaron mi carrera para siempre. Como Carlos Gardel, que con su canto enamoró a miles de personas de distintas generaciones y que impuso su imagen de varón porteño, único e irremplazable. Francisco Canaro, que fue el primero que se ganó el corazón de la alta sociedad de Francia y que tuvo el mismo eco en Argentina. Juan de Dios Filiberto, con su maestría, Fresedo o Discépolo. Todos, gigantes de la historia de la música ciudadana”, opinaba Mariano Mores en la colección El Tango Nacional y Popular de Revista Gente.
“Las nuevas generaciones se enfrentan a los inmensos obstáculos que les impone el mercado cuando los productores de televisión y radio no les dan el lugar que necesitan para darse a conocer. Basta con echar un vistazo a las grandes producciones de tango que se levantan en el extranjero, o el éxito enorme que tienen los bailarines y muchas orquestas. Si no se cambia de mentalidad y se piensa más a futuro, vamos a terminar por bloquearles el camino a otros talentos que esperan el momento de cumplir su propio sueño”, concluía Mores en la mencionada publicación.
Mariano Mores apadrinó a muchos artistas, fue maestro, padre, amigo y un referente indiscutible para el tango argentino. Su despedida final se produjo el 13 de abril del 2016, a sus 98 años y sus restos fueron velados en el Teatro Colón, cumpliendo con su deseo.