Ministerio de Cultura
Atravesadxs: historias de feminicidios
A siete años del Ni Una Menos, la muestra “Atravesadxs” nos invita a recordar a las víctimas de feminicidios, valorar la lucha de sus familiares y alzar la voz en un sostenido pedido de justicia y políticas públicas de protección y prevención de las violencias de género. En esta nota, la artista visual Eleonora Ghioldi nos cuenta diversas aristas que se desprenden de este trabajo.
Publicado el viernes 03 de junio de 2022 –Ministerio de Cultura
Desde la Edad Media, cuando las mujeres debían presenciar la quema del cuerpo de otras mujeres consideradas brujas, se pueden narrar las múltiples formas y manifestaciones de la violencia de género. Con prácticas como el acoso callejero hasta llegar a la violencia más extrema, como lo es el feminicidio, se busca disciplinar y silenciar a las mujeres para que no se “desvíen” de sus roles históricamente establecidos.
De estas violencias que nos atraviesan nos habla a través de sus fotos, audios y textos, la obra de Eleonora Ghioldi, pero no solo de esas violencias, sino también de los procesos de resistencia y de las luchas colectivas que se desprenden luego de cada feminicidio, travesticidios y transfemicidios. Su trabajo es una intervención política que convoca a romper el silencio, la desidia reinante, y el sufrimiento individual.
Eleonora Ghioldi
Hace 14 años, charlando con sus amigas acerca de las violencias sexuales que las habían sufrido, Eleonora decidió, casi sin saberlo, comenzar a documentar esas experiencias. Guerreras fue su primer gran trabajo donde narra la violencia de género que persiste en diferentes sociedades, tratando de abarcar la mayor cantidad de voces y perspectivas posibles.
“Guerreras nace del testimonios de una amiga que cuenta fue violada por un médico; varios años después pudo nombrar que sucedió cuando se fue a realizar un aborto. Eso me llevó a pensar en cuáles son las violencias que nos atraviesan como mujeres cuando estamos en una situación de clandestinidad y me dije: ‘voy a poner el ojo acá’. Esta historia era tan potentes que le propuse hacer unas fotos y que escriba su testimonio a mano alzada sobre la foto impresa. Cuando vi el impacto que tenía, me di cuenta que quería seguir por ahí. Cuando empecé con el proyecto, no había sucedido el Mee Too ni el Ni una Menos, y a mi me interesaba que los relatos se vayan sumando de boca en boca, entonces hablaba con la gente conocida y le preguntaba si quería formar parte o si conocía a alguien, y era muy llamativo que me dijeran “yo no conozco a nadie”. Esa respuesta hoy ya no existe y es un terreno ganado al silencio.
El trabajo de Guerreras lo comencé en Estados Unidos porque yo vivía ahí en ese momento. Luego fui incorporando testimonios en Ciudad Juárez (México) no solo por lo que significa ese lugar sino porque me interesa el tema de territorios fronterizos y cómo la violación, en esos sitios, es utilizada como una herramienta de conquista del territorio y no solo del cuerpo femenino. Después vine a Argentina e hice testimonios de hijas de mujeres desaparecidas que hablan de cómo la violación era utilizada como una herramienta disciplinadora y de tortura específica contra las mujeres; y también sumé testimonios de mujeres trans que cuentan cómo fueron hostigadas durante la dictadura cívico militar. Cuando hago la primera muestra con todo este trabajo, conozco a Gustavo Melman y a partir de eso, empiezo a tejer lazos con otros familiares y de alguna manera empecé a trabajar en Atravesadxs.
Para cuando vino la pandemia, yo ya tenia trabajados varios testimonios y se acercaba el 5to. aniversario del Ni una Menos y no se podía marchar. Entonces los familiares se preguntaban cómo habitamos las calles si estábamos todas y todos encerrados, entonces fue que decidimos hacer una muestra virtual y emplazar unas gigantografías en el espacio público. La muestra originalmente la pusimos en la fachada del Museo Evita y contaba con 20 testimonios. Ahora vamos más de 70″.
Este 2022, Atravesadxs vuelve a ocupar las calles del país y la virtualidad narrando la problemática de los feminicidios, travesticidios y transfemicidios a través de las voces de los familiares de las víctimas. En una construcción coral del relato y de la memoria, con sus rostros en primer plano y un código QR que permite escuchar, en un registro intimista, diferentes historias de vida y un sostenido pedido de justicia que busca interpelar al Estado y una sociedad entera.
–En “Atravesadxs”, además de las fotos, se agrega un testimonio oral y escrito. ¿Qué particularidad le aporta cada lenguaje?
-“Lo que me sucede cuando voy a hacer las fotos es que las personas a las que fotografío cuentan un montón de historias y la oralidad es otra forma en que te atraviesa el testimonio. Después empecé a incorporar testimonios escritos, que en general son más íntimos porque guardan palabras destinadas a sus hijas, a sus hermanas, a ese familiar que ya no está. El testimonio escrito y el oral van de la mano para poder transmitir esas historias que de otra manera siento que estarían incompletas. Siempre intento transmitir un poco como vivo yo esas entrevistas, esas sensaciones que comparto con quien estoy fotografiando. Yo me contacto con los familiares de boca en boca, son los mismos familiares los que me van contactando con otros familiares que quieren formar parte. Nunca contacto a los familiares directamente porque me parece que es importante que ellos se tomen el tiempo de pensar si quieren formar parte del trabajo porque son momentos muy íntimos y dolorosos de revisar, y no quiero invadir esa privacidad”.
Gustavo Melman, padre de Natalia Melman
–En Atravesadxs aparece una voz colectiva pidiendo justicia, esta lucha conjunta, ¿qué nuevos roles les permite ocupar a los familiares?
-“Los familiares operan en red, es muy difícil escuchar un familiar que pida justicia solo por la familia de ellos. Cuando estaba en Ciudad Juárez me interpeló mucho escuchar que las mamás estaban luchando por algo que no las va a beneficiar a ellas como familia, porque no iban a recuperar sus hijas, pero la pelea era para que no le suceda a otras personas y eso tiene como algo muy noble. Esa lucha también es como el motor que les permite seguir adelante, y ahí se puede ver que hay cambios de roles porque los familiares no se posicionan desde el lugar de víctima. Posicionarse desde un lugar de lucha es muy importante, porque lo que sucede muchas veces es que, sobre todo los medios de comunicación, quieren escuchar los relatos del dolor, como si no hubiese otro lugar posible para contar una historia.
Todos mis trabajos hablan sobre la lucha. Me interesa mostrar la potencia con que esas personas piden justicia. Esos testimonios hablan de todas las violencias que los atraviesan y que vienen luego del feminicidio: la violencia policial, la violencia mediática, las violencias sistemáticas por parte del sistema judicial”.
–Teniendo en cuenta que Atreavesadxs se emplaza en espacios públicos, abiertos, en veredas y calles, ¿qué sensaciones, qué preguntas propone generar la muestra?
-“Creo que eso tiene que ver con el arte y su potencia de ser utilizado en las calles para que atraviese a todas las personas y no quepa la posibilidad que la gente no se haga cargo de lo que estás sucediendo. El arte muchas veces es considerado como que pertenece al espacio privado de un museo o de una galería de arte, y en realidad puede ser utilizado para agilizar agendas políticas. Lo que nos pasó con el Museo Evita es importantísimo, que los museos aborden estas narrativas y que estas historias estén en las calles es una manera que tenemos de avanzar para que sea una conversación que esté en la boca de todos. Atravesadxs, además, intenta visibilizar cómo estamos hablando de la violencia de género, busca que podamos hacernos otro tipo de preguntas y buscar las respuestas colectivamente para lograr un proceso de cambio”.
–¿Cuáles podrían ser esas nuevas preguntas?
-“Un gran tema para preguntarse es acerca de la cultura de la violación, que podamos identificar cuáles son estas violencias naturalizadas que ahondan en la cultura de la violación y que lo que hacen es, en vez de generar un cambio, profundizar más en esa violencia. También es necesario hablar de lo que sucede con algunas masculinidades que no soportan el tema de la autonomía de los cuerpos; preguntarnos qué pasa con las masculinidades que no ejercen violencia contra nuestros cuerpos pero consideran que el tema de la violencia de género es algo que no les compete porque ellos no ejercen violencia. Otro tema para preguntarse es acerca de los medios de comunicación, que hablan de feminicidios pero -en general- lo hacen desde sus narrativas es intensificar las violencias y las desigualdades. También se trata de interpelar al sistema de justicia, la violencia que los familiares atraviesan luego del feminicidio es terrible, son violentados constantemente. O en el caso de las comunidades travestis, que ni siquiera tienen acceso al sistema de la denuncia porque si va a hacer una denuncia a una comisaría por violencia de género, se le ríen en la cara.
Preguntas…hay un montón”.
Hugo y Eva, familiares de Dayana Soledad Capacio y Vanesa Calma
La muestra virtual Atravesadxs se puede ver desde la web del Museo Evita haciendo click acá
En el mes de junio, Atravesadxs va a itinerar por:
*CABA: Centro Cultural de la Cooperación y Barrio Padre Mugica
*Quilmes: Centro Cultural Leonardo Favio
•La Matanza
El proyecto Guerreras es un trabajo autogestivo que plasmó en un libro más de una década de desarrollo, y se puede conseguir ACA
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