Industria y Desarrollo Productivo
Kulfas destacó el potencial de la industria del cannabis medicinal y convocó a trabajar por un producto de calidad, excelencia y trazabilidad
En el Ministerio de Desarrollo Productivo se llevó a cabo el Primer Congreso Internacional de Cannabis. Los expertos expusieron sobre el potencial del sector para Argentina que puede generar al menos 10 mil puestos de trabajo.
Publicado el martes 31 de agosto de 2021· Ministerio de Desarrollo Productivo
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, llevó adelante la apertura del Primer Congreso Internacional Cannabis y Desarrollo Productivo, donde ratificó la importancia de desarrollar este sector para la economía de la Argentina y el potencial que representa para el desarrollo de las economías regionales. Es la primera vez que en el país se desarrolla un congreso sobre la actividad, con una visión productiva, y en el cual expertos nacionales e internacionales exponen sobre el potencial del sector para Argentina.
“No estamos aquí para discutir qué es el cannabis medicinal y su relevancia, sino que vamos un poquito más allá; estamos aquí para pensar el futuro de esta industria del cannabis en Argentina, pensar cómo trabajamos una industria de calidad, de excelencia”, afirmó Kulfas y puso el foco en el “desafío que tenemos por delante para pensar cómo trabajamos una industria de calidad, de excelencia y trazabilidad”.
“Es un desafío hermoso, imaginativo, pensar una industria nueva desde cero. Nos imaginamos una industria con presencia de cooperativas y de PyMEs, una industria que tenga mucha investigación aplicada, una industria que pueda, desde el comienzo, plantear un producto de calidad, que no termine generando un mercado que se bastardee, que tenga productos de baja calidad que terminen afectado”, acotó el ministro, y resaltó la importancia de discutir el marco legal para la creación de una agencia regulatoria para esta actividad que legalice y que busque un “producto de calidad, de excelencia y de trazabilidad. Y luego empezar a discutir la implementación”.
El ministro se refirió además a dos puntos centrales en los que trabajará esta nueva industria: “Trabajar para darles soluciones terapéuticas, medicinales a quienes lo necesitan y trabajar en tener un producto de excelencia que genere empleo y genere desarrollo en las economías regionales de diferentes provincias del país”. Kulfas aseguró que Argentina tiene todas las posibilidades para desarrollar esta industria con calidad y generar, al menos, 10 mil puestos de trabajo. “Ojalá podamos generar una industria que genera muchísimos puestos de trabajo, que genera eslabonamientos y formas de vincularse entre actividades productivas, pymes, cooperativas, inversores de diferentes tipo de argentina y también algún inversor internacional interesado en invertir. Insisto, con estas características, con desarrollo de genética, de calidad, con variedad”, comentó.
En el primer panel, de manera virtual, especialistas de Uruguay, Estados Unidos, Colombia e Israel abordaron las experiencias internacionales y provinciales en el desarrollo de la explotación del cannabis industrial. Así, participaron el cannabicultor y director de cultivo R&D, Cann-Il, Universidad Bar Ilan de Israel, Matías Litvak; el consultor de la industria del cannabis y la política de drogas, quien fuera Secretario General Nacional de Drogas de Uruguay entre 2016 y 2020, Diego Olivera; el presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (ASOCOLCANA), Rodrigo Arcila; y la directora ejecutiva en Ilera Holistic, Chanda Macias.
Desde Israel Litvak destacó: “Creo que es importante ver que un país como Israel sigue en constante aprendizaje. Creo que es importante entender la importancia de la investigación y el desarrollo, no solo de genéticas sino también de protocolos y tecnologías. Producir no es fácil como se cree, hay muchas dificultades. Hay que tener en cuenta la educación de la población en la forma de consumo y también de los médicos involucrados en la industria. Israel es un país que tiene 13 años en la industria y todavía tiene problemas debido a que desarrolló su propio marco regulatorio sin tomar en cuenta los estándares internacionales y eso hoy le restringe el ingreso a muchos mercados. Hay que aprender de la experiencia de este país para no volver a cometer los mismos errores”.
Por su parte Olivera abordó el desarrollo del marco regulatorio de la actividad en Uruguay y sus resultados: “La implantación de la ley en Uruguay ha estado marcada por la progresividad, los ajustes permanentes y los desafíos que planteó por ser la primera en su tipo. A seis años de su implementación los resultados demuestran que el modelo regulatorio no afectó negativamente la salud, ninguno de los indicadores de los reguladores entre cannabis y salud pública encendió una alarma que obligara a dar marcha atrás. No deterioró la percepción del riesgo de la sociedad uruguaya. No se registró un incremento de consumo en adolescentes. Redujo la economía criminal asociada al cannabis que se mide en varias decenas de millones de dólares que no fueron a parar en las manos de los narcotraficantes, y en contrapartida provocó el desarrollo de un mercado formal pujante que atrajo inversiones y generó empleos, y desató circuitos de innovación y conocimiento aplicado”.
En tanto Arcilia afirmó: “Ni unas pocas empresas, ni un solo país van a ser la masa crítica que necesita América Latina para distinguirse como un proveedor eficiente en los mercados internacionales. Tenemos que formar la idea de que América Latina va a ser un proveedor de cannabis medicinal, como de sus usos industriales, solos y poquitos no lo vamos a lograr. En ese sentido, recientemente conformamos la Red de Asociaciones de Cannabis que une a los países de América Latina en un esfuerzo de comunicarnos, entablar relaciones y compartir experiencias”.
Chandal, única mujer con licencias en varios estados de los Estados Unidos, comentó que no hay una reglamentación federal, que existen restricciones para el financiamiento bancario de la actividad, que obliga consumidores y productores a transaccionar solo en efectivo, con impuestos adicionales por estar enmarcada dentro de una actividad ilegal, sin embargo afirmó: “La proyección del negocio del cannabis es de miles de millones de dólares y la formación de la mano de obra, como cultivadores, procesadores, o en la venta de cannabis son tres áreas con enormes oportunidades que generará miles de puestos de trabajo y el gobierno local se beneficiará de eso”.
En el evento además se desarrollaron el panel sobre “Cannabis y Desarrollo Productivo” donde participaron el director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos, e investigador del CONICET, Andrés López; y de la Cámara Argentina de Cannabis, su presidente Pablo Fazio, y Paula Lanzelotti. También “Cannabis: experiencias provinciales” disertaron director de Cannabis Medicinal San Juan, Ariel Lucero; el presidente de Agrogenética Riojana SAPEM, Benjamin Enrici; y Directora Nacional de Articulación de Asuntos Productivos con las Provincias del Ministerio de Desarrollo Productivo, Natalia Del Cogliano. Asimismo sobre “Conocimiento y Cannabis” donde expusieron la coordinadora de la Red de Cannabis y sus Usos Medicinales (Racme), Silvia Kochen; la presidenta de Mamá Cultiva Argentina, Valeria Salech; y la subsecretaria de Economía del Conocimiento del Ministerio de Desarrollo Productivo, María Apólito. Y por último, sobre los “Avances legislativos” los oradores fueron las diputadas nacionales, Mara Brawer y Carolina Galliard; y los senadores Anabel F. Sagasti y Alfredo Luenzo.
El proyecto de ley “Marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial”, que ya obtuvo media sanción en el Senado, promueve mecanismos de autorizaciones para los productores y comercializadores, y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena. Además, impulsa la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), la que tendrá entre sus funciones regular, administrar y fiscalizar toda la cadena productiva de cannabis y cáñamo. También la potestad de otorgar y administrar autorizaciones para producción y comercialización, con especial atención a PyMES, cooperativas y economías regionales.
El potencial económico para el desarrollo de la actividad del cannabis medicinal y el cáñamo industrial para el año 2025 se proyecta en 10.000 nuevos empleos (alto porcentaje en I+D+i), US$500 millones en ventas al mercado interno anuales y US$50 millones de exportación anuales.