Min de Ciencia, Tecnología e Innovación
Se presentó un estudio de elementos conceptuales para promover Parques de Producción Social
El encuentro virtual contó con la participación del presidente del Instituto para la Producción Popular, Enrique Martínez, quien compartió aspectos del estudio y el rol del sector de ciencia y tecnología.
Publicado el martes 27 de julio de 2021 · Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
El pasado jueves 22 de julio se llevó a cabo un encuentro virtual que consistió en la presentación de un estudio de elementos conceptuales para el impulso de Parques de Producción Social. Encabezaron la presentación el secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación del MINCyT, Diego Hurtado, y el presidente del Instituto para la Producción Popular (IPP), Enrique Martínez. El encuentro se trasmitió en vivo a través del canal de YouTube del MINCyT
Durante el encuentro se abordó la definición de empresa social y el rol del sector de ciencia y tecnología en la promoción y el fortalecimiento de emprendimientos organizados en función de demandas sociales. Hurtado explicó que una de las preocupaciones de la gestión iniciada en diciembre de 2019 es que las políticas de ciencia y tecnología incluyan al sector de la actividad productiva que el mundo empresarial tradicional relega o excluye. Si bien el MINCyT tiene alguna tradición en ese sentido, se considera necesario dar un salto de escala en los instrumentos requeridos para apuntalar las demandas de ese sector.
“La representación social de la ciencia y la tecnología suele vincularse a la biotecnología, los satélites, la nanotecnología, lo que hoy llamamos transición energética, pero cuando hablamos de este sector productivo falta trabajar la idea de que hoy un Ministerio de Ciencia y Tecnología necesita dar respuestas a la demanda de conocimiento o de tecnología provenientes de lo que llamamos producción popular”, señaló el secretario.
A mediados del año 2020, el Ministerio contactó al equipo de IPP que dirige Martínez y se firmó un convenio para comenzar a dar forma, definir el concepto y explorar la factibilidad de la empresa social en la realidad productiva de nuestro país. Finalizada esa etapa se avanzará con la implementación de Parques de Producción Social piloto en el territorio.
“La empresa social es un concepto novedoso en la Argentina”, explicó Martínez, “que necesita ser presentado y circular ampliamente en los ámbitos intelectuales, a los que convoca a sumarse a pensar cómo aportar al desarrollo productivo nacional, y a incluir a colectivos sociales excluidos del mundo del trabajo”. Para efectos de análisis, el equipo del Instituto identificó dos grandes grupos de problemas para los que el sistema vigente no tiene respuestas: la incorporación al mundo del trabajo a un colectivo cada vez mayor de personas sin acceso a un trabajo con remuneración digna y la mejora del medioambiente. Ambos problemas están en la base del sistema capitalista, en el que las decisiones productivas están determinadas por el deseo del dueño del capital de aumentar su renta. El desarrollo productivo depende del dueño del capital y no del interés comunitario, y al trabajador solo le queda “tironear para tratar de quedarse con la mejor parte que pueda de la renta generada. Los problemas ambientales que tenemos actualmente son la prueba más elocuente de que su remediación no entra en la lógica de un sistema que tiene el lucro como eje”, señalaron.
Algunos aspectos relevantes
La empresa social pone en cuestionamiento la creencia instalada de que el capitalista es el tractor y el único camino para el desarrollo. Ante las preguntas de si sería momento de explorar la posibilidad de, en paralelo con ese sistema, buscar formas de organizarse que pongan otros valores en el centro de la configuración del desarrollo y sustentabilidad de un emprendimiento; o si se puede organizar un emprendimiento alrededor del eje del aporte social, la resolución de un problema comunitario o la inclusión de un colectivo social excluido, en el informe (ver en descargas) se encuentran varios casos de empresas sociales que las muestran como organizaciones productivas viables. “Todo aquel que quiera generar un emprendimiento para resolver un problema social debería ganarse el derecho de ser escuchado y apoyado”, argumentaron desde el Instituto.
Mediante la demanda se sustentarían los emprendimientos, dividida en dos grandes categorías: demandas sociales preexistentes y demandas que surgen de transformar negocios que atienden necesidades básicas en servicios. Ambas generan beneficios colectivos, demandas concretas y abarcan una gran cantidad de actividades productivas posibles. En este sentido, innovar es imprescindible, el sistema tal como se encuentra es disfuncional y “difícil que vaya a cambiar si el sector de generación de conocimiento no toma la responsabilidad de generar los cambios estructurales que nos hagan salir del lugar donde el capitalista decide y el resto se disputa lo que puede en la puja distributiva. De no construir un sistema guiado por un objetivo de beneficio común, los problemas actuales solo van a agudizarse”, afirmaron.
“Estamos invitando a miembros del sistema en términos amplios estén donde estén y con todos los esfuerzos que el MINCyT pueda hacer para sumarlos a que entiendan que pueden aportar a la formación laboral, que puedan aportar a la supervisión de los emprendimientos cuando estén funcionando, a la mejora su gestión, y que pueden aportar en términos de I+D, sea con investigación social o con investigación tecnológica a la mejora sistemática de la eficiencia y la productividad de manera que las empresas sociales sean competitivas. Creemos que el emprendedor capitalista tradicional ha perdido la legitimidad de ser el líder excluyente del desarrollo humano. Creemos que es legítimo y posible y necesario que haya otros liderazgos y este es un camino de construcción de otros liderazgos. Los invitamos a sumarse”, propuso Martínez y subrayó “la empresa social es un concepto innovador con componentes contraculturales, por lo que necesita un espacio de contención. Sería importante que el sector del conocimiento asumiese la tarea de entender cómo puede crecer y ser respetada, visibilizada y legitimada”.