Ministerio de Cultura
A Emilia Ferreiro, in memoriam
La psicóloga, psicolingüista y pedagoga falleció el pasado 26 de agosto. Un legado que dejó huellas en la educación latinoamericana. En su homenaje, reproducimos la nota escrita por Mónica Báez, investigadora de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), publicada por el diario La Capital de la misma ciudad.
Publicado el domingo 03 de septiembre de 2023 – Ministerio de Cultura
“La alfabetización no es ni un lujo ni una obligación: es un derecho”. Emilia Ferreiro (2001).
La doctora Emilia Ferreiro ha sido —¡qué difícil escribir sobre ella en pasado cuando está tan presente!— maestra generosa y honesta, investigadora extraordinaria, trabajadora incansable, exigente con derecho, pues se exigía a ella misma como a sus estudiantes, poseedora de una capacidad de conocimiento y de una lucidez que le permitía ver más allá del dato relevado e interpretar sin atenuantes el presente con miras al futuro, diría planetario, que le preocupaba.
La obra de esta investigadora y maestra da cuenta de su preocupación por preservar la rigurosidad científica y el compromiso ideológico que asumió con todos y todas los/las niños/as, pero en particular con quienes son desfavorecidos en una cultura en la que las formas de escolarización e instrucción se transforman en herramientas de exclusión. Es así que en su obra se entrelazan la experiencia científica y los problemas de la realidad social, produciendo nuevos conocimientos y con ello nuevos interrogantes. La trascendencia de su trabajo se hace palpable en las tres dimensiones en las que su obra ha dejado y deja huellas insoslayables: científica, académica y social. Es posible aplicar a su trabajo lo que ella misma ha señalado respecto de su maestro Jean Piaget. ¿Qué es lo que hace un autor que divide de tal manera un campo científico específico? Hace muchas cosas, pero solo una es fundamental: redefine las preguntas de investigación. Al hacerlo nos da nuevos ojos para mirar fenómenos que creíamos conocer y que resultan otra vez nuevos y desconocidos.
Su obra es revolucionaria, porque nos permitió construir una nueva mirada acerca de esos sujetos “que tienen la mala costumbre de no pedir permiso para aprender”, por las certezas que nos brindó y los desafíos que nos legó a educadores, psicolingüistas, psicopedagogos, fonoaudiólogos, entre otros profesionales vinculados con la tarea de interpretar y acompañar desde el reconocimiento y el respeto a esos seres pensantes, muchas veces extraños para nuestra mirada adulta y alfabetizada. Anne Marie Chartier le escribía a la Ferreiro, con motivo de un saludo de cumpleaños cargado de humor y de certeza: sobre ese descubrimiento de la psicogénesis de la escritura en el niño: “Tú has visto la psicogénesis de la escritura en los garabatos sin forma de los niños, tú has sabido leer en aquello que todavía no eran más que signos leves, opacos al común de los mortales, las formas nacientes de la escritura por venir (…) Todos los maestros y todas las maestras que se desvelan, en todo el mundo, por enseñar las reglas imperiosas de la escritura, hemos visto, gracias a ti, que los signos cabalísticos trazados por los niños eran habitados por «otra cosa» que se refería a la lengua escrita”.
Emilia Ferreiro asumió un claro compromiso con Latinoamérica, con el derecho a la alfabetización de quienes la habitan. Su obra es una herramienta fundamental para rever y reinterpretar la multicausalidad de uno de los mayores males endémicos latinoamericanos: el fracaso escolar en el inicio de la escuela primaria. Ella misma ha señalado que lograr respetar al niño como sujeto que piensa, reconocer en él a un interlocutor intelectual válido —sin aún estar alfabetizado—, permitirá respetar intelectualmente al adulto, aun cuando no esté alfabetizado.
La coherencia intelectual y personal de esta investigadora se ha puesto de manifiesto también en la generación de proyectos en los años 90, tales como la Red Latinoamericana de Alfabetización, nacida en Argentina y recientemente reactualizada desde Brasil por sus discípulas/os de toda Latinoamérica. Esta fue y es una idea pionera que se orientó a conjugar los esfuerzos de profesionales vinculados al campo de la alfabetización desde perspectivas innovadoras, a fin de alcanzar una mayor democratización del conocimiento, vencer el aislamiento de quienes afrontan la introducción de cambios en las prácticas y ofrecer alternativas de formación a quienes educan en regiones distantes de los centros urbanos y académicos más importantes.
Perfil de una pedagoga
La biografía de Emilia Ferreiro, psicóloga, psicolingüista, pedagoga nacida en Buenos Aires el 5 de mayo de 1937, quien falleció en la Ciudad de México el 26 de agosto pasado, está jalonada de hechos extraordinarios, exilios e incomprensiones, que nos hablan de su fortaleza, de su capacidad y de su compromiso sin fronteras con el saber.
Esta personalidad enorme en el campo de la ciencia y la educación perteneció a la primera generación de egresados de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Con frecuencia ella recordaba con orgullo y una sonrisa el esfuerzo y la participación de los propios estudiantes en la gestión de esa Facultad. El golpe militar del general Onganía y la trágica Noche de los Bastones Largos en 1966 marcó el primer exilio de Emilia Ferreiro y de su esposo, el Rolando García, reconocido científico y memorable decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El destino fue Suiza, donde Ferreiro realiza, en el Centro de Epistemología Genética dirigido por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra, su Doctorado bajo la dirección del propio Piaget sobre el tema “Las relaciones temporales en el lenguaje del niño”.
La permanente vocación de retorno de esta extraordinaria pareja de científicos hizo que en 1971 regresaran a Argentina. En aquel momento Ferreiro llega con una profunda comprensión de las tesis fundamentales de la epistemología genética, mirada que le permitió iniciar, desde esa óptica, la investigación de territorios no indagados por Piaget. Ferreiro recuerda el comienzo casi azaroso de las investigaciones acerca de la psicogénesis de la escritura en el niño: “Empecé a observar clases en zonas marginadas de la ciudad de Buenos Aires y me encontré con que una enorme cantidad de intercambios lingüísticos tenían que ver con la escritura. Y una de las cosas que Piaget me había enseñado, y me lo enseñó para toda la vida, es que un chico es un sujeto cognoscente, que un chico es alguien que trata de entender el mundo que le rodea, que elabora hipótesis, que recibe información, pero la recibe a su manera porque depende de los esquemas asimiladores con los que cuente para interpretar esa información. Entonces yo dije: bueno, vamos a ver si encontramos al niño piagetiano en el terreno de la lengua escrita”.
En 1973 forma el equipo de investigación con quienes eran por entonces docentes de la UBA: Ana Teberosky, Alicia Lenzi, Susana Fernández, Ana María Kaufman y Liliana Tolchinsky. Estaban en pleno proceso de indagación con un grupo de niños de “un medio social de clase baja”, de primer grado de una escuela de un barrio periférico del gran Buenos Aires y una “villa miseria” (Ferreiro y Teberosky, 1979) cuando “por razones ajenas a nuestra voluntad”, dice Ferreiro, debieron abandonar esa muestra. En 1977 parten hacia su segundo exilio, nuevamente en Suiza. Breve tiempo después, en 1979 se radicarán con sus dos hijos en México. Allí Ferreiro, a instancias de Margarita Gómez Palacio, por entonces secretaria de Educación Pública de México, desarrolla un estudio con estudiantes de primaria en escuelas comunes y especiales. En ese año ingresó al Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados. Fue designada investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadores (2008) e Investigadora Emérita del Cinvestav (2010). La publicación de Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño (1979) fue el inicio de una serie de publicaciones sobre la psicogénesis de la lengua escrita y temáticas vinculadas al lenguaje escrito y a las culturas de los escrito con eje en los niños y la educación. Desde entonces, Emilia Ferreiro es reconocida internacionalmente por sus contribuciones académicas: ha recibido siete doctorados Honoris Causa (universidades de Argentina, Brasil y Grecia), ha sido invitada a presentar sus trabajos en conferencias internacionales en varios países de América Latina y Europa, así como en Canadá, Estados Unidos e Israel. Fue profesora invitada en instituciones de educación superior europeas (Universidad de Roma, Universidad Autónoma de Madrid y Ecole Pratique des Hautes Études en La Sorbona) y latinoamericanas, como el Centro de Estudios Avanzados de la UBA, Universidad Federal de Pernambuco (Brasil) y la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
Rosario
Emilia Ferreiro está inolvidablemente ligada a nuestra ciudad y a la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Tal vez algunas personas recuerden su primera visita en 1992, cuando dictó una conferencia en un Teatro El Círculo desbordado de maestros y de profesionales de diferentes disciplinas que ya conocían y estaban movilizados por sus trabajos, pues sus alumnos le habían hecho comprender la consistencia de sus investigaciones. En ese entonces nuestra universidad la distinguió con el Doctorado Honoris Causa.
En 1999 la UNR brindó un homenaje a Emilia Ferreiro y a Ana Teberosky por cumplirse los 20 años de la publicación de ese libro fundante y fundacional llamado Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. A esa visita sucedieron otras, y una y otra vez se colmaron los espacios donde ella, con claridad de maestra y brillantez de genio, nos planteaba una nueva dimensión de su trabajo sobre la alfabetización, la escritura, las nuevas tecnologías. Ningún tema de las culturas escritas le fue ajeno. Fue nombrada visitante ilustre de la ciudad en 2007. Un dato particular de este reconocimiento es que fue el Círculo de Sordos de Rosario quien participó en la gestión de ese nombramiento, pues en ese entonces, un equipo constituido por sordos y oyentes comenzaba las investigaciones y proyectos acerca de la alfabetización de sordos, fenómeno que evidencia cómo la obra de Ferreiro permitió interrogar desde otro lugar la (dis)capacidad. En consonancia con su compromiso con la formación académica, mantuvo comunicación permanente con miembros de la comunidad académica de nuestra universidad. En cada visita desarrolló reuniones con investigadores, alentó la formación de grupos de investigación en problemáticas psicolingüísticas específicas, orientó la gestión, elaboración y desarrollo de proyectos de investigación. Esta empatía y compromisos mutuos —pero sobre todo por la enorme generosidad de Emilia— se tradujeron en la creación de la Cátedra Internacional de Estudios Interdisciplinarios en Alfabetización radicada en la web de la UNR, en la Biblioteca Emilia Ferreiro radicada en la Biblioteca Central de la Facultad de Humanidades con material impreso de su autoría donado por ella, y finalmente en 2017 orientó y participó de la creación del “Programa específico a término para la formación de investigadores en psicolingüística evolutiva aplicada a la educación (procesos de adquisición de la lengua escrita)”, inserto en el programa de doctorado en educación de Humanidades.
Pero además y sobre todo, nos regaló su tiempo, su sabiduría, su humor, su afecto. Un privilegio invaluable e inolvidable que nos obliga a recordar su voz reclamando y reclamándonos. “Necesitamos niños y jóvenes que sepan decir su palabra por escrito de manera convincente (¡cuánto más fácil ahora con internet!); que no se comuniquen simplemente porque «hay que estar en comunicación permanente», sino que tengan algo para comunicar; que el contenido del mensaje cuente al menos tanto como la forma. Porque las nuevas generaciones deberán ser particularmente creativas. Tendrán a su cargo nada más y nada menos que la invención de un nuevo orden mundial donde la vida valga la pena de ser vivida”.