Ministerio de Cultura
Premio Storni de Poesía 2023: se realizó el acto de entrega
Libro de nubes, de Gabriel Caldirola, fue el principal ganador seguido por Monte camina, de Juan Pablo Hidalgo, y Lugar de agua, de María Cecilia Perna, en una premiación que se realizó en el Centro Cultural Kirchner.
Publicado el jueves 17 de agosto de 2023 – Ministerio de Cultura / Letras
Con la lectura de obras de las y los autores elegidos, ayer se llevó a cabo el acto de premiación del Premio Storni de Poesía 2023 en el Salón de Honor del Centro Cultural Kirchner. Participaron poetas, autoridades, el jurado y ganadores de ediciones anteriores.
Este año se presentaron más de 1400 obras a los Premios Storni 2023 y el jurado compuesto por María Teresa Andruetto, Carlos Battilana y Silvio Mattoni otorgó ayer el primer premio de 400 mil pesos a la obra Libro de nubes, de Gabriel Caldirola; el segundo premio de 200 mil pesos a Monte camina, de Juan Pablo Hidalgo, y el tercer premio de 200 mil pesos a Lugar de agua, de María Cecilia Perna.
Con el objetivo de reconocer, fomentar la producción poética argentina y colaborar con el creciente interés que suscita la poesía en la sociedad y en el mundo editorial, los Premios Storni de Poesía (una iniciativa conjunta del Centro Cultural Kirchner y el Ministerio de Cultura de Nación) reconocen este 2023 tres voces originales de la poesía contemporánea que se destacaron entre más de mil obras. Debido al gran nivel de las obras recibidas, el jurado destacó y otorgó tres menciones honoríficas a las y los poetas María de los Milagros Torres por su obra Las señores que amaban a señoras; a Florencia Bellucci por Sustrato utópico y a María Paula Zacharias por Itatí, reina de mi amor.
Para Andruetto, autora de Los manchados, en la convocatoria “ha habido de todo”: “Escrituras que tienen que ver con focalizar en lo muy pequeño, otras con unas formas más expansivas. Algunas más coloquiales, otras con un registro más literario. Una gran variedad de formas que arrastran asuntos pero no son los asuntos lo más importante, sino el tratamiento, la materialidad de la lengua”, dice.
Sobre los criterios del jurado al momento de premiar, explicó: “Fueron nuestros gustos literarios pero sostenidos por un caudal de lectura recogido a lo largo de muchos años. En cada caso, ha sido sobre todo el tratamiento de la lengua y la búsqueda de voces que digan algo nuevo, que se diferencie de lo indiferenciado, de tantos libros o de tanta palabra. Encontramos eso en los tres libros ganadores y en las menciones”.
El primer galardón, dotado por 400 mil pesos, fue para la obra Libro de nubes del poeta, periodista cultural y traductor Gabriel Caldirola nacido en Buenos Aires en 1986. “Es un libro muy original tanto en el asunto como en lo formal, en el trabajo con la lengua, la musicalidad y el cruce con el relato. También ese juego entre la poesía y la prosa, con unos versos que parecen como suspendidos. Además hay un cruce entre lo contemporáneo y lo arcaico, que nos pareció muy interesante. Coincidimos rápidamente en premiarlo”, cuenta Andruetto sobre el primer Storni.
Caldirola, por su parte, asegura que la noticia del galardón fue “muy grata”. “En poco tiempo, el Storni se convirtió en uno de los premios de mayor relevancia en nuestro país. Es importante que se le dé esa valoración a la poesía por parte del Estado, más en épocas tan difíciles como las que nos tocan. Es un honor haber recibido el primer premio, con un jurado, además, de poetas cuya mirada tengo en gran estima, y un reconocimiento hermoso para un libro en el que trabajé durante años, y que quiero mucho”, señala el ganador.
Caldirola empezó a escribir con dos ingredientes principales: “El título y unas notas de un viaje a Monte Athos, una república autónoma dentro de Grecia habitada solo por monjes cristianos ortodoxos en monasterios muy antiguos”, explica. En esa ciudad griega, Caldirola tuvo la oportunidad de “vivir unos días y participar de su vida litúrgica”.
Después de unos primeros intentos de escritura en verso que no le convencieron, Caldirola tomó una decisión: “Me di cuenta de que al libro le convenía una escritura horizontal”, recuerda. “Libro de nubes” son, según describe el autor, “pequeñas condensaciones verbales atravesadas por corrientes de aire que dan, por momentos, la ilusión de avances narrativos”. “Lo que se cuenta en realidad es poco, y tiene que ver con un registro en el plano de la experiencia. Hay tramos que tienen algo de diario de viaje, en este sentido. En otros, la referencia se pierde y se trata más bien de buscar una consistencia, una textura, una musicalidad, que se acerque, de una manera incluso pictórica, a la escritura de las nubes en el cielo”, detalla el autor.
“Podría haber sido un libro de horas, pero es un libro de nubes”, asegura el también autor de los poemarios Hilo (Paradiso, 2014), Tapias (Aguablanda, 2019, con fotografías de Diego Spivacow) y Escuchar una piedra (edición de autor, 2022).
El segundo premio, de un monto de 200 mil pesos, lo recibió Monte camina de Juan Pablo Hidalgo (1982). “Es un libro que transita muy hondamente una experiencia de la naturaleza o con la naturaleza. Hay una cuestión muy delicada en las descripciones y en la mirada de la naturaleza. Las formas son sencillas. Se podría engarzar en una tradición argentina de poemas sobre el río, sobre el agua. Es un libro con una hondura hecha a partir de la sencillez”, presenta Andruetto.
“Yo soy de Ramallo que es un pueblo cruzado por el Paraná. El patio de mi casa terminaba en el monte. Creo que Monte camina debe tener que ver con todo ese universo. El pasado y el presente, el juego, la aventura, el peligro, los pájaros, el río. Pero también venir a vivir a la ciudad y extrañar un poco ese mundo. Todo eso intenta aparecer en este libro. La insistencia de lo verde, del brote que sale sorprendiendo”, reflexiona el segundo ganador en una entrevista a Télam.
Higaldo vive actualmente en la Ciudad de Buenos Aires. En 2021 participó de la antología Flotar: 100 poemas sobre ríos. 100 poetas argentinxs, de la Editorial Proyecto Camalote y esta es la primera vez que participa de la convocatoria. Y no solo eso: Monte camina es su primer libro.
“Este premio es una gran alegría y un honor. Lleva el nombre de una poeta que admiro mucho, al igual que al jurado que integró esta edición”, dice sobre la premiación. “Vivo con una poeta hace 14 años, eso me puso en contacto directo con la poesía. Acompañarla a diferentes lecturas, verla trabajar creo que fue una influencia fundamental para mí. Así llegué como acompañante al ciclo El Rayo Verde y me impactó esa experiencia. Tuve la suerte de que Osvaldo Bossi me invitara a registrar fotográficamente el ciclo, eso me permitió escuchar diferentes voces entre foto y foto. A partir de ahí mi relación con la poesía se hizo más fuerte”, cuenta Hidalgo.
En el tercer lugar, se distinguió Lugar de agua de María Cecilia Perna (1979). “Desde el punto de vista de la lengua, es un libro más sofisticado. Tiene figuras de la poesía clásica, ecos de los griegos, de Ovidio (poeta romano). Hay un conocimiento grande de la tradición, eso veíamos, y una escritura refinada. Hay muchas referencias culturales, pero que entran de un modo muy fino, muy delicado en el poemario”, describe Andruetto.
¿Por qué Lugar de agua? “Es el significado de palabra ‘coihue’, con la que nombramos al árbol patagónico. El poemario es una reescritura del mito de Apolo y Dafne, e incluye una traducción propia del texto de Ovidio”, cuenta Perna sobre su producción.
En la Universidad de Buenos Aires, la escritora estudió letras y actualmente es profesora en la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Durante su trayecto en la poesía, publicó los libros La Boca de Mercurio (Siesta, 2003), Libro Chino (Gog y Magog, 2009), Vísperas (Zorra Poesía, 2009, con ilustraciones de Alfonso Piantini), Otra Víspera (Buenos Aires Poetry, 2016), Australia (El ojo del Mármol, 2017) y Monroe (Tanta Ceniza editora, 2019, con ilustraciones de Powerpaola).
“Desde que tengo recuerdo tuve una relación intensa con la lectura primero y más tarde con la escritura. En algún punto en la adolescencia decidí hacer de la escritura una práctica protagónica en mi vida. No escribo solo poesía, pero me atrae particularmente por su relación singular con la voz, con el cuerpo y con la música, que modifica los tiempos y las búsquedas al escribir”, cuenta la también traductora de poemas de Emily Dickinson Pequeños Pies por la editorial Loca Mala y de Ariel de Sylvia Plath, publicado por Bikini Ninja.
Perna también participa por primera vez de la convocatoria. “Envié el poemario sin esperar que saliera elegido. Pensé sobre todo que era muy importante presentarse, para darle volumen a este premio tan necesario para la escena literaria argentina, que es nuevo y precisa fortalecerse a través de la participación”.
Para Andruetto, la tarea de elegir “no fue fácil”. Sobre la gran cantidad de obras de poesía recibidas, la escritora de Lengua madre esboza una teoría: “Vivimos en un país donde la creatividad es muy grande y hay mucha gente que escribe y hay mucha gente que escribe bien”.
Fuente: Télam.